Más que por su apariencia e intenso color verde, el brócoli (también conocido como brécol o bróculi) llama la atención y despierta la curiosidad de los consumidores por ser una de las hortalizas de mayor valor nutritivo que existen. Esta crucífera, emparentada con la coliflor, las coles de Bruselas, el repollo o el romanesco, proporciona numerosos beneficios a nuestro organismo. Si bien no suele ser el favorito de muchos, el brócoli se está poniendo cada vez más de moda para mejorar la salud y prevenir la aparición de diversas enfermedades.
Calificado como “alimento medicina”, el brócoli destaca por ser una excelente fuente de vitamina C, provitamina A en forma de betacarotenos, ácido fólico, niacina, vitamina E y B1, fósforo, magnesio, calcio, potasio y hierro, nutrientes a los que suman compuestos orgánicos azufrados (glucosilatos) con elevado poder antioxidante que, de acuerdo a investigaciones científicas, protegen el organismo de enfermedades como el cáncer.
El brócoli cuenta con agentes fitoquímicos que le otorgan, como decíamos, propiedades anticancerígenas, y también actúa como preventivo frente a la diabetes, el colesterol y los triglicéridos, la osteoporosis y los problemas cardíacos, entre otras patologías. Fortalece nuestro sistema inmunitario y nos ayuda a depurar el organismo eliminando radicales libres y toxinas como el ácido úrico. Apenas contiene grasa, es bajo en calorías (30 calorías por cada 100 gramos) y rico en fibra, por lo que resulta un alimento muy apropiado para aquellas personas que siguen dietas de adelgazamiento.
Además de rebajar los niveles de triglicéridos y de colesterol, proteger la salud del corazón y reducir el riesgo de padecer cáncer, el consumo habitual de brócoli contribuye a controlar el peso corporal. Introducir brócoli en la alimentación frecuentemente no solo no engorda, sino que es una manera de combatir o prevenir la anemia. Es ideal para personas propensas a sufrir esta afección, como pueden ser mujeres embarazadas, en estado de lactancia, con menstruaciones muy abundantes, etc. A su vez, por su contenido en fibra en vegetal, favorece el mantenimiento de una flora intestinal sana, mejora la digestión y previene el estreñimiento.
También cuenta con propiedades laxantes y diuréticas y posee luteína y zeaxantina, dos carotenoides que, junto a la B2 o riboflavina, desempeñan un importante papel en el bienestar de los ojos; favorecen la salud de la retina y reducen el riesgo de degeneración macular, cataratas y otros trastornos oculares.